Antes de poder hablar de una casa domótica se tienen que exponer las bases. Para ello, en este post se va a explicar de manera muy clara todo lo que se necesita saber para iniciarse en este terreno tecnológico.
Era el año 1966 cuando el tatarabuelo de la domótica se crea. Un dispositivo del tamaño de una habitación pequeña que era capaz de controlar algunas tareas por sí mismo como la temperatura o las luces de una casa. Este gigante tecnológico era conocido como ECHO( Electronic Computing Home Operator) IV. Os sonará el nombre porque los altavoces inteligentes de Amazon se llaman Echo. ¿Coincidencia? ¿Etimología? Quién sabe.
La realidad es que ese aparatoso instrumento creado en Estados Unidos quedó como un hito para la tecnología. Un avance que no estaba alineado con el momento en el que fue creado y pasará a la historia como el primero, pero no el mejor.
No es hasta finales de los años ochenta y principio de los noventa que se empezó a instalar en Estados Unidos sistemas de control general en los edificios dando paso al concepto de edificios inteligentes. Los llamados sistemas SCE tiraban un juego de cables por el edificio de manera que éste se conectara con los dispositivos. Este avance llegó en un momento de cambio en el que los ordenadores empezaron a democratizarse despegándose así de sus principales dueños: empresas y universidades. De este modo, nace al otro lado del atlántico el término de “home automation” que necesitaría aún varios años para poder traducirse tal y como se le conoce a día de hoy: casa domótica.
En el momento que la potencia económica mundial empezaba a instalar esos paquetes de mejora en las casas el resto del mundo, como no podía ser de otra manera, debía subirse al carro. Las empresas dedicadas al desarrollo de esta nueva tecnología se contaban a pares y la fuerza y unión de todos sus propósitos dieron como resultado un avance en I+D sin precedentes para el sector. Del originario sistema cableado, tedioso y complicado de instalar, se vio un salto secular con los sistemas inalámbricos. La antigua y la nueva domótica tomarían entonces caminos diferentes para según qué necesidades.
La casa domotizada podía entonces estar más cerca de lo que se disfruta actualmente, pero como todo en la vida se vería sujeta a los detalles para poder ser definida. Por supuesto, ese primer avance no fue sino el pistoletazo de salida para que los protocolos de seguridad en sistemas inalámbricos comenzaran a interesarse en la rama de la domótica. Siendo este último punto uno de los más relevantes en esta historia.
Después del efecto 2000 y su nula destrucción de la tecnología la domótica sufrió otra evolución. En este punto lo que se había avanzado en la domótica inalámbrica, la nueva domótica, se empezaría a enviar a las casas. Aquello que antes había servido en empresas y grandes edificios para ahorros energéticos, mejora en la seguridad y el control de los accesos era una opción accesible para los hogares.
A día de hoy, los protocolos de seguridad como WIFI, ZIGBEE o Z-WAVE que se encuentran algunos en los sistemas de las casas domotizadas están al mismo nivel que los de las administraciones públicas o los bancos. A fin de cuentas, un hogar siempre es el lugar que uno quiere tener más protegido. Es por ello que en muchos casos se opta por Z-WAVE por el nivel de protección que tiene.
La tecnología en general y la domótica en particular siguen creciendo a pasos agigantados. La proliferación de dispositivos inteligentes, asistentes de voz y utilización casi vital del smartphone supone un caldo de cultivo perfecto para conjugar todo para la creación de un hogar ideal. Todos los avances que se han visto implementados a lo largo de la historia de la domótica suponen únicamente los primeros eslabones de la cadena, dejando paso así a las soluciones más específicas para las rutinas de nuestra vida cotidiana.
Después de este viaje por la vida de la domótica en la que encontramos la tecnología cableada y la inalámbrica, el acceso de las grandes compañías y el disfrute de los hogares privados y las acciones telemáticas y las automatizaciones aprendidas podemos decir que la esta tecnología nació para mejorar aspectos en los edificios y se ha quedado por ayudar a las personas. Esa capacidad es la que hace que la domótica sea una opción tan recomendada para el día a día.